lunes, 15 de julio de 2019

Improboratorio III - Expansiones X Y Z


Improboratorio III - Expansiones X Y Z

- Profesor Strauss, este desayuno a base de recursos de género ha sido delicioso. La verdad es que es un placer pasar estos días en el Improboratorio con usted.

- Oh se lo agradezco, señor Scoffermayer. ¿Qué le parecen las vistas desde esta terraza?

- Son exquisitas. Se puede ver todo el jardín del Avance. Pero, dígame ¿a dónde llevan esas tres escaleras que hay junto a la fachada?

- Esperaba que me preguntara por ellas. Sígame, el paseo será un buen digestivo para el desayuno.

>> Las tres escaleras son tres direcciones de Expansión, señor Scoffermayer. Esto es algo propio de este Improboratorio, ninguno más de lo explicará de esta forma. Empecemos por la escalera de Expansión X.

- ¿Por qué X Professor Strauss?

- Esta es una escalera de Expansión a lo largo. No sube mucho, y nos permite ver el jardín del Avance desde otra perspectiva, desde donde podremos ver mejor los caminos del Avance, pero no más a lo lejos. Aquí, la información narrativa que se lance completará la propuesta acorde al avance de la historia. ¿Me explico?

- Póngame un ejemplo.

- Ahora mismo. “La bruja no pudo ver cómo Hansel y Gretel escapaban, porque era ciega”. Ser ciega no es un avance en sí, es una expansión que nos ayuda a comprender y definir el avance aunque luego lo dejemos atrás. Como esta escalera. Es una expansión a lo largo.

- Entiendo. Creía que ese era el único tipo de expansión que existía.

- No sea usted cabestro, acompáñeme por aquí hacia la escalera de Expansión Y. Como ve, desde aquí no vemos mejor los caminos del Avance, pero vemos más flores, fuentes y jardines.

- ¿Y eso para qué sirve Professor Strauss?

- ¿Cómo que para qué sirve? Sin flores, fuentes ni belleza, un jardín de Avance no es un jardín. Es un vulgar invernadero. Y no olvide que el Improboratorio trabaja para un público. Le pongo el ejemplo. “Caperucita roja siempre llevaba una capucha de color rojo”. ¿En qué influye que su capucha sea de color rojo?

- Quizá de esta forma el lobo la vio de lejos...

- ... No me vaya usted a fastidiar la teoria. En ninguna versión del cuento se cuenta esta gilipollez que acaba de decir. Que su capucha sea roja o amarilla o color salmón no influye en los acontecimientos. Es una expansión a lo ancho. Información que no interviene directamente en el avance, pero que expande la historia y la hace apetecible.

- Me está usted abriendo un mundo de posibilidades, Profesor Strauss.

- Pues agárrese que queda una escalera. La escalera de Expansión Z.

- ¿Se refiere a esta escalera en espiral? Da vértigo.

- Da miedo subir porque es arriesgada, pero es la única de las escaleras desde donde podemos ver en todo su esplendor el jardín del Avance. Suba sin miedo señor Scoffermayer. Cuidado con el viento.

- ¿Para qué sirve subir a tanta altura en la terraza de Expansión?

- Para que su visión le ayude a transitar el Avance entero. Desde aquí se ve el jardín perfectamente, así que las propuestas son razones que justifican y trazan todo su camino. Por ejemplo, “saltaron las alarmas porque venía un meteorito”. El meteorito va a ser un motor de expansión que justificará toda la historia, una semilla expandida que no se convertirá en avance narrativo hasta un momento posterior, pero que servirá de motivación y mapa de caminos de lo que está por venir en los avances menores. ¿Entiende? Algunos le llaman Superobjetivo.

- Creo que esta escalera Z es fácilmente confundible con un Avance.

- Tiene usted razón. De hecho, si le soy sincero, hay escaleras que se conectan entre estas tres. Lo que hemos hecho es un recorrido demasiado simple respecto el laberinto de posibilidades de la terraza de Expansión.

- Algún día tiene que mostrarme el jardín del Avance, Profesor Strauss.

- Sí, pero hoy no es ese día Señor Scoffermayer. Lo dejaremos para una próxima edición de…

EL IMPROBORATORIO (truenos)



lunes, 1 de julio de 2019

Status, de Keith Johnstone


Status, de Keith Johnstone

Sé que es gracioso que hable pestes de los grandes “gurús” modernos de nuestra era de la impro y al mismo tiempo no deje de citar al dichoso Mr. Johnstone. Así que ahorraos el comentario.

De cinco capítulos de contenido que tiene su libro IMPRO Improvisation and The Theatre, hay uno de 44 páginas que está dedicado sólo al Status. Tengo el libro delante, no soy tan friki para sabérmelo de memoria.

Si habéis seguido las anteriores publicaciones del Improboratorio, sabréis que yo categorizo la R del PROL, las relaciones, como algo de menor trascendencia que el personaje y objetivo, ya que en mi opinión, la relación emerge de la propia comprensión de la escena en función del grado de definición de los personajes propuestos. Y creo que el status es un ingrediente básico de las relaciones.

PERO ENTONCES…

¿Por qué el señor Johnstone le dedica un capítulo entero al Status? Me preguntaba yo cándido e inocente consultando el índice del libro antes de empezarlo.

He aquí mis resultados investigatísticos en acción. Oséase, en clases:

SENTIDO LÚDICO, me decían a mi cuando estudiaba interpretación, a lo que asentía solemnemente sin entender un pijo de lo que significaba. No fue hasta diez años más tarde, leyendo al señor Johnstone y aprendiendo de mis alumnos que comprendí el sentido lúdico a través del status. ¡Un Impro combo breaker deluxe edition con 10 años de delay!

Es habitual encontrar alumnos novatos que entiendan que la impro surge de poner en juego sus propios recursos. Es habitual que sus recursos sean mostrar lo mejor de sí mismos, en vez de atreverse a explorar puertas cerradas, que aparentemente no te garantiza ninguna retribución del público. Es habitual que, en creación de personajes, el alumno sin experiencia se adhiera fácilmente a status alto o status bajo.  Y es habitual que SIEMPRE sean o sumiso o SIEMPRE dominante. ¿Por qué? ¿Miedo, quizá? Sí, lo que sea. Llamémosle miedo si así lo entendéis mejor, aunque no soy profe que guste de llamar miedo a esa sensación, teniendo en cuenta que en impro entran en juego muchas cosas parecidas al miedo y muchos tipos de miedos distintos. Llamémosle comodidad.

El sentido lúdico escénico es una llave para abrir esas puertas tras las que puedes encontrar tu yo en multitud de status de personaje en los que ni siquiera te conocías. Es entender que en escena no estas al servicio de tus apetencias, inclinaciones o puntos fuertes, sino al servicio de la escena en sí misma. Así, para alguien que tienda a proponer personajes dominantes, el sentido lúdico le ayudará a descubrirse a sí mismo aceptando el status alto de su compañero y respondiendo con un personaje sumiso. Creo que es uno de los descubrimientos que más ayudan a crear una nueva imagen de lo que significa hacer teatro a alguien sin experiencia.

Sólo advertiros que de esta forma se pueden activar las alarmas de debilidad o frustración de un improvisador novato, alejándose peligrosamente de su línea de flow. Primero hay que allanar el terreno rompiendo sus constructos asfaltados como pueden ser su timidez escénica o su ansia de ego.

No siempre es fácil, a veces sus constructos no están asfaltados sino fosilizados.O eso, o soy un mal profe.

No sé, a veces pienso que no estoy a la altura.

Nadie me quiere.

¡Gracias y hasta otra!