martes, 15 de febrero de 2022

El río

 Voy a dejarme fluir con una metáfora impro a medio construir que tengo en la cabeza, y a ver a dónde me lleva.

Empieza con: “no se trata de construir el cauce de un río. Construimos un canal y dejamos que el río fluya libremente”.

Bueno, veo un paralelismo con el trabajo de un dibujante que avanza en su obra hasta que decide dejarla inacabada. Hay un momento en el que tomas esa decisión. En impro esa decisión se toma inconscientemente y constantemente. Avanzamos y vamos decidiendo que “así es como será” sin más. Aprovechar el error.

Detrás de todas esas pequeñas decisiones, está la historia, el resultado en sí.

El resultado es el agua del río. Puedes controlarla hasta cierto punto. De hecho puedes controlarla en grandes cantidades si con tu impro construyes un canal amplio, despejado, por donde quepan buques mercantes cargados de propuestas. O puedes construir una pequeña presa en un riachuelo y ver hasta dónde llega el embalse, luego apartar unas rocas y dejar que el agua se filtre por una gruta subterránea que ya estaba allí. Puede que salpiques a alguien. Puede que la corriente se seque.

Pero en todo caso, el trabajo del improvisador es, de alguna forma, darle dirección al agua y escuchar por dónde prefiere ir.



martes, 1 de febrero de 2022

Más Allá del Orden, del doctor Peterson

Estoy leyendo este libro, Más Allá del Orden, del doctor Jordan Peterson. Profesor de la universidad de Toronto y psicólogo clínico. Conocido últimamente por declaraciones polémicas contra las ideologías posmodernas y por sus conferencias más bien conservadoras y bastante judeocristianas.

Me fastidia darle la razón en muchas cosas que dice, pero me fascina su sensibilidad y su aprecio por el arte y la belleza. Me recuerda a Tolkien escribiendo sobre su Tierra Media y Valinor en la obsesión por todo lo bello de la creación.

Quizá el doctor Peterson en este libro ha alcanzado la aproximación más acertada en lo que creo que es el papel del cuenta cuentos en nuestro mundo, y lo combino con lo que oí decir a Juanjo Ramírez, guionista, en su curso de la Llama School.

Juanjo dice algo como: “El arte no es imprescindible para que una sociedad sobreviva. Antes es mucho más necesario un doctor, un agricultor o un fontanero. Pero se hace imprescindible una vez esas necesidades están cubiertas.”



Peterson dice: “Construimos el mundo a partir de las muchas cosas que pensamos que podría ser, afrontamos una infinidad de posibilidades, y al elegir un camino en vez de otro, reducimos el abanico a una sola realidad. Ese es el misterio más insondable de todos ¿qué es ese potencial que afrontamos? ¿Y cuál es este extraño poder de convertir posibilidades en realidades, de convertir en algo tangible lo que empieza siendo sólo imaginario?” (esto es la impro propiamente)

Voy a tratar de conectar ambos statements de estos grandes maestros.

En un mundo que ha cubierto sus necesidades básicas de supervivencia y convivencia, el aprendizaje lo es todo. Pero no aprenderemos nada si no somos capaces de comprender que tenemos el poder de convertir en realidad algo que pertenece sólo al reino del ensueño (Luces de Bohemia).

¿Cómo comprender este poder? Contando historias. Historias de personajes que toman decisiones y éstas tienen consecuencias. El aprendizaje, la autorrealización y el entendimiento del mundo provienen de nuestra inteligencia más allá de lo real. Somos seres imaginativos, y esa imaginación es el motor que nos hace avanzar hacia nuevas realidades, nuevas formas de ver el universo.

Un cuenta cuentos no os operará de apendicitis... Pero abrirá vuestra mente para que aprendáis a tomar la decisión que quizá un día os convertirá el doctor que operará de apendicitis.