miércoles, 15 de mayo de 2019

¡Pasajeros al PROL!


Con destino a la construcción narrativa perfecta. Tiene parada en las estaciones Cuerpo, Voz, Decisión, Tempo, Chiste, Mimo, Coro, Consciencia Corporal, Espacio, Recursos…

- Oh, odio cuando no es un semidirecto… Eh un momento… Quizá me convenga coger el semidirecto para llegar a la impro perfecta ya que, total, el destino es el mismo y…

     STOP

Valeee aquí hago pausa un segundo. Acabamos de arrancar y ya tenemos problemas en cabina. Conviene acotar diversas cosas acerca de este gran destino de la impro, el decálogo de la instalación, la biblia de todo buen creador improvisado, el do re mi de las historias que no hemos tenido tiempo de preparar antes de empezar. Veamos.

Personaje, Relación, Objetivo, Lugar. PROL

Sé que muchos tenéis erecciones escuchando tan solo esas siglas convenientemente ubicadas. Y aquí viene mi PERO deconstructivo. ¿Es realmente el PROL tan imprescindible como nos dicen los grandes gurús? (Aprovecho para mencionar que pocos gurús he visto yo que sigan anclados al PROL, pero pongámonos en el lugar del público y el alumno).

Diseccionémoslo (¡bisturí!):

Personaje: ¿Mi respuesta? SÍ
El personaje no solo instala el marco en el que te moverás, la máscara que te cubrirá para catalizar las imaginaciones colectivas hacia el nuevo universo que creamos en escena. Es una primera aproximación a las posibilidades de la impro. Esto es, ausencia de escenografía, vestuario, maquillajes. Responde a la pregunta ¿Quién soy? Y si la efectividad de su respuesta es certera en sus recursos interpretativos, la escena se transforma. No creo que haya una mejor aproximación a la perfección narrativa que definir QUIÉN es este señor obeso con sombrero de copa, o esta damisela de cabellos largos sentada en el alféizar, o este perro alegre y meón. Personaje ostenta el podio en cuanto a categorías de PROL.

Relación: ¿Mi respuesta? Ejem… Nope.
El big boss Keith Johnstone dedicaba uno de los primeros capítulos de su libro Improvisación y el Teatro a las relaciones. Concretamente el status. - ¿Estás diciendo que la forma en que se relacionan los personajes no es significativa, puto listillo de la impro? ¿Te crees muy postestructuralista discutiendo las bases? ¡Vete a comerte el tapper de quinoa al Starbucks, moderno!

A ver, un momento por favor. Voy a usar el reduccionismo: Si el trabajo de actor te permite crear el personaje con suficientes recursos, las relaciones emergen por si solas. Eso digo yo. El personaje debe ser lo primero que abordamos con tanta efectividad como nos sea posible, con tanta información, trasfondo, antecedentes y motivaciones como nos sea posible. La Relación con el siguiente personaje en escena brotará de ese vergel de información ella solita. Abordar la Relación sin abordar antes el Personaje no tiene sentido. BOOM.

Objetivo: ¿Mi respuesta? Oh yes mama. Sí total.
Si QUIEN SOY son las patatas, QUÉ QUIERO es el bistec. Ahí están los dos ingredientes principales. El Objetivo puede brotar mágicamente de la información de personaje, pero a diferencia de la Relación, no sin una decisión consciente (por mucho que los gurús nos enseñen los misteriosos hechizos del presente y la desvinculación de la consciente toma de decisiones bling bling magia potagia alucinad con mis sabias enseñanzas). Objetivo nos explica qué estamos contando. “Lleva esta cesta a casa de la abuela” “No abráis la puerta a nadie” “Soy el butanero y vengo a…” Etc. Objetivo rules.

Lugar: ¿Mi respuesta? Pues oiga… No.
Hiperespacio o nube, términos que yo uso para definir aquel lugar imaginario en la impro en el que se nos ha pasado por alto dibujar la mesa o las ventanas o las estalactitas de la cueva o el mástil del barco o los mandos de la nave. Y es que oigan, por mucho esfuerzo que invirtamos en dibujar un bosque o una sala de espera del dentista, los detalles nunca son una imagen real, por lo que hay un gran porcentaje que se autocompleta en las imaginaciones colectivas. No, no es que sea un vago y no quiera instalar espacios, es que… Mmm… A ver, osea… Vale igual es por vagancia, ¡por lo que sea! Lo que digo es: sin definir el lugar, personajes y objetivos pueden seguir en marcha con suficiente combustible para explicar Qué le esta pasando a Quién.

- ¡Mamáaaa! ¡Este tío esta diciendo que Relacion y Lugar no son importantes en la improoo!

- No lo mires hijo, podrías convertirte en un improvisador de mierda.

No coño, no sólo son importantes sino que son una grandísima herramienta para valorizar la impro y mostrar hasta dónde puede llegar el gran lienzo en blanco en el que trabajamos. Atmósferas, jerarquías y escenas de acción, entre otras muchas, dependen de Relación y Lugar. Mi apunte es: tanto a público como a alumno, y teniendo en cuenta el malabar mental que supone adentrarse en primera instancia en la improvisación, no le hace justicia a la impro ubicar en el mismo podio a personajes, relaciones, objetivos y lugares. Chin pom.


- Señor… Señor. Hemos llegado.

- ¿Cómo? Vaya, me he dormido. ¿Ya estamos en la construcción narrativa perfecta?

- Así es. Un momento… Me suena su cara. Usted… ¡Usted es el listillo que decía que lo del PROL estaba mal!

- No, verá. No lo ha entendido. Ha sido un sueño escrito en el que…

- ¡A por él, PROLetarios! ¡Ahorquémoslo en la plaza de la Negación!

- ¡¡Odio los meta-sueñooooos!!

miércoles, 1 de mayo de 2019

Teoría de las Viñas


Esto lo escribí como en Octubre de 2018 eh. Atentos:


Esto ha sido hoy.

En el asiento trasero de una calurosa furgoneta, a 120 km/h por la autopista A2. Salimos de un recóndito pueblo agazapado entre los riscos pedregosos de la Cuenca profunda, en el que, ante nuestros asombrados ojos, un pueblo entero aunaba esfuerzos habilitando un granero para convertirlo en teatro y guarecer así a nuestro público de la tormenta. Pues bien, volviendo de esta profética situación de trabajo en equipo y colectividad, yo poso la cansada vista en los horizontes de los Monegros. Y de vez en cuando la aridez del paisaje que veo por la ventanilla da paso a las plantaciones de vid, colocadas en estrictas líneas.

Ojo con eso.

Conoceréis ese efecto visual, ¿no? La distribución de las plantas es tan perfecta que mi ojo percibe un bonito patrón fractal, una especie de escultura matemática en el suelo al alternarse el tono verde de las viñas y el marrón de la tierra. Cierro un ojo como afinando la puntería y, en mi mente nerviosa pero abstraída, tomo una fotografía de esas líneas intentando encontrar la recta total. Ese punto cuantificable en el que la plantación y el horizonte quedan unidos por un trazo absolutamente perfecto de viñedos. Y llego pronto a una simple conclusión: es difícil de cojones. De hecho ni siquiera es comprobable sin una buena cámara y tal. Vaya chorrada.

¿Sabes cuándo cae accidentalmente el bote de pintura y de repente ves una forma perfecta dibujada en el suelo? Pues así aparece en ese momento la teoría de las viñas en mi cabeza.

El actor puede tratar de encontrar esa línea perfecta entre el horizonte y el público. Tratar de dibujarla de una manera tan precisa como aparentan las viñas a los ojos del pasajero.

El público no llega a percibir jamás esa línea perfecta. Percibe la sucesión de viña y tierra en un patrón consecutivo, y ese movimiento es la perfección, formada por pequeñas perfecciones.

El actor puede usar sus recursos escénicos para dar velocidad, formas y colores a sus campos de viñedos. Todas son variables.

El público disfruta la combinación de velocidad, forma y color.

Ala, ya está. Es eso. Osea, dentro de la furgoneta la teoría no llegó mucho más lejos. Lo que sigue es desarrollo posterior a una buena siesta, ya en casa. Pero se resume rápido:

El IMPROVISADOR no solo dibuja un patrón y velocidad a los ojos del pasajero.
También planta las viñas.

(Música épica de tráiler para que cale bien la coletilla final)