miércoles, 15 de septiembre de 2021

Una Mala Experiencia

No, no es clickbait. Osea, sí. Pero es real.

Ha pasado ya el tiempo suficiente para poder hablar de esta experiencia vivida en una actuación de impro, puesto que creemos que el tema ha sido zanjado. Pero debo reconocer que el mal trago no nos lo evitó nadie. Trataré de resumir la situación sin un solo nombre, para luego analizar el resultado y motivos.

Actuación programada para las 18:30 en un pueblo de Catalunya, fiestas. Todo aparentemente muy correcto, bien preparado a nivel logístico, y personal de organización cercano y atento.

Antes de llegar al pueblo, nos pusimos al día sobre sus noticias.

Encontramos una información sobre el pueblo que a nivel cómico tenía material, era interesante. Daban nombres y apellidos de implicados en un caso judicial que por lo visto terminó sin problema hacía ya años, de modo que sin ahondar más, recogimos la info como buenos improvisadores para tener soportes creativos con los que personalizar la experiencia para las buenas gentes de ese pueblo. Siempre funciona.

Efectivamente, en las impros salieron los personajes de las noticias. Gente real, habitantes. Fue un bolo caluroso en pleno agosto y el sol de tarde en la cara, pero bien solventado a 2 improvisadores.

Al terminar el bolo, se acerca, para nuestra sorpresa, la familia del individuo de la noticia, sin demasiadas buenas formas. Tremendo altercado a la vista…

- ¿Cómo se os ocurre decir esas cosas sobre esta persona del pueblo? Es una buena persona y sólo os habéis mofado sin tenernos a nosotros en cuenta. Incluso habéis hecho llorar a su hijo pequeño.

En esta compañía llevaríamos 7 años cumplidos la semana siguiente al bolo, y jamás nos habíamos enfrentado a eso. Bajamos la vista y nos disculpamos mil veces, a ellos, a la organización y a algún mensaje posterior que nos llegó por redes. Fue duro. Nos sentimos fatal. Y por mucho que pensáramos en mil razones por las que justificar el tono de nuestras impros, el carácter de la compañía, el humor, la ironía y nuestra buena voluntad de hacerles pasar un buen rato por encima de todo, no podíamos argumentar nada. Ni una palabra. ¿Por qué?

Análisis:

La ofensa apela a los sentimientos humanos. Si los removemos, reaccionarán. Y lo único que puede calmar los sentimientos es la comprensión. Exponer, hablar, razonar, comunicarse y alcanzar puntos de entendimiento en que ambas partes puedan decir: te entiendo.

Pero ese día fatídico en el que usamos un personaje público en nuestras impros con la esperanza de que todos entendieran nuestra ironía, buen rollo y sátira ácida, no pudimos prever que una de las posibilidades era hacer llorar a un niño.

A un niño no se le puede hacer razonar explicando los mecanismos del humor. No puedes hacerle entender los porqués que hay detrás de sus compañeros del pueblo mofándose de él porque la compañía de impro ha ridiculizado a su padre. Un niño no tiene armas para razonar y enfrentarse a lo que siente. Y quien mejor comprende eso es su madre, que por cierto estaba presente en la bronca. Nos desarmó. No podíamos hacer otra cosa que disculparnos y tragarnos la diatriba teórica sobre comedia moderna, sátira y parodia.

¿Qué podemos aprender para próximas ocasiones, aparte de informarnos bien sobre el pueblo y empatizar con sus habitantes antes de un bolo?

Pues que la próxima vez que te ofendas por algo, procura tomarte un momento para reflexionar y entender la situación. Quizá te estés ofendiendo porque a tus 20, 30 o 50 añazos resulta que no tienes armas para comprender la situación y lloras como un crío ante algo que te hace sentir mal.

Razona antes de sollozar. Los niños no pueden, pero tú sí.



miércoles, 1 de septiembre de 2021

Resumen del año lectivo

 Voy a tratar de exponer el aprendizaje del año en que oficialmente he realizado más clases presenciales y, creo, he aprendido más de enseñanza. Lo reduciré a lecciones, aunque en el momento que escribo esto aún no sé cuántas serán, ni si será la forma óptima. Prometo no borrar estas palabras y volver a ellas en caso de que finalmente no funcione para informaros del nuevo modo de exposición de este año.

Lección 1: Estudia bien la forma de mantener el interés por tu materia.

Está bien que una escuela presencial divida por trimestres y muestras de trabajo, te da una dirección en la que trabajar. Pero trabaja cómo mantener el interés por el estudio, especialmente en grupos no profesionales. El aburrimiento brota de la voluntad de ser demasiado buen profesor. Sé sencillo, avanza lentamente, y guárdate lo mejor para el final de curso.

Lección 2: No subestimes a los jóvenes.

Sobretodo. Que sean chavales no significa que no puedan abordar textos con palabrería complicada, personajes profundos y escenas que sean un reto. Deja que la escena en sí exija, y ellos decidan/descubran hasta dónde llegan.

Lección 3: Nada de lo que te curres cae en un saco vacío.

Si trabajas, saben apreciarlo. Saben apreciar que la clase esté estudiada, saben apreciar que escribas algo personalizado, saben apreciar las horas que inviertes en adaptarles un texto. Tanto la escuela como los alumnos. Es así.

Lección 4: Repite juegos. Es necesario.

La innovación mola, pero vuelvo a Chejov. El público no aguanta una línea recta mucho rato. Innovar constantemente no deja de ser una línea recta. Dedica una clase a repetir todo, insistir, descubrir a través de recorrer nuevamente el camino.

Lección 5: Aunque a ti te parezca normal, ellos alucinan.

Tenlo muy en mente. Recuerda qué ejercicios se grabaron en tu memoria hace 12 años cuando estudiabas. Los que más se graban son los más absurdos, que tiempo más tarde se convierten en grandes lecciones. Las plataformas imaginativas funcionan, impulsan la creación. Insiste en esos juegos.

Lección 6: Ser agradable y correcto es más fácil de lo que parece.

No te preocupes por ser correcto en la clase. Sé tú mismo por encima de todo, no busques necesariamente el respeto o el prestigio sino la comodidad. Hacer impro tiene que ser divertido ante todo, y de la diversión debe nacer el interés. No tardes demasiado en explorar con quién conectas, a final de curso puede ser tarde.

Mira, al final ha funcionado el método. Soy consciente que este artículo es más checkpoint para mi yo de los cursos que vienen, pero ha sido interesante repasarlo.

El curso que viene, más.