Uncanny Valley
Bienvenidos a la base IMP-30 del complejo
industrial PJ Collective Creative SA. Nos dirigimos hacia la nave de creación
de androides improvisadores. Los primeros robots con apariencia humana capaces
de responder a estímulos aportando distintos recursos a una creación colectiva
espontánea. Osea improvisar. Hemos descubierto algo.
No es cierto que, como dijo
Bukowski, improvisar sea la única capacidad realmente humana. Durante siglos hemos
tratado de perfeccionar nuestros androides para asemejarlos física e
intelectualmente a sujetos humanos. Hemos rozado la perfección, pero cuanto más
nos acercábamos a ella, menos auténtico y creíble era su comportamiento. La
tecnología avanzaba y nuestros robots se alejaban de una implicación
auténticamente humana en sus personajes, en su apariencia y en la empatía que
causaban a nuestro público.
Caían en un valle estadístico de
baja credibilidad escénica. Lo llamamos el Valle Inquietante, en el Uncanny
Valley.
Nuestros desarrolladores
descubrieron algo. Cuanto más tratábamos de emular el comportamiento humano,
más caíamos en un “quiero y no puedo”. Menos creíble era ese esfuerzo para que
no viéramos los hilos que movían nuestros androides.
Cuanto menos nos esforzábamos en
mostrar su naturaleza robótica, más desarrollaban un código propio de
expresión, haciéndose más creíbles para nuestro público. Optamos por
deshacernos de las prótesis faciales, el látex que cubría sus rostros, y los
micromovimientos humanos que tantas horas de trabajo supusieron a nuestros
desarrolladores. Les pagamos las horas a taquilla inversa por cierto.
El montón de cables, engranajes y
pistones en los que se convirtieron nuestros robots, nos hizo retroceder en el
nivel de acercamiento a la expresión humana, pero por increíble que parezca aumentó
la credibilidad de su código de conducta.
Ahora nuestros robots, con su
gesticulación geométrica, sus personajismo alejado de la naturalidad, sus
rostros aparentemente inexpresivos, tienen más vida que un androide que INTENTA
ser humano.
Por eso desde el complejo
industrial PJ Collective Creative SA les animamos a crear personajes con su
propio método expresivo en lugar de imitar la naturaleza humana.