El Ciclo sin Fiiiiiiin
- ¿Ves aquello de allí, Simba?
Eso es el dramaturgo escribiendo sus ideas. Más al este, el productor filtra
sus decisiones artísticas según presupuesto y objetivos, y más al sur, el
director decide su óptica de la obra.
- ¿Y allí termina el proceso
creativo, papá?
- No, Simba. Los actores también
son creadores. Con su imaginación nutren el presente de los personajes.
- ¡Entonces allí termina!
- Tampoco. La iluminación de la
función, el vestuario, el encuadre de cámara, la publicidad, el día del
estreno, el maquillaje, los efectos… Todo aporta su propia visión al proceso
creativo convirtiéndolo en un auténtico milagro de creaciones conjuntas. Y un
día, alguien del público escribirá un guión inspirándose por esta función,
aunque sea inconscientemente, de manera que un nuevo dramaturgo creará algo que
no sería exactamente lo mismo si no hubiera visto esa anterior película o
puesta en escena.
- ¿Entonces el proceso creativo…
vuelve a empezar?
- Así es. No tiene principio ni
fin. La inspiración creativa es un ciclo. Si propones, aportas al proceso. Si
cumples órdenes no creas arte, sólo distribuyes propaganda. Otro día te hablaré
de eso, Simba.
- ¿Y qué es ese lugar oscuro de
allí, papá?
- Eso es la impro, hijo. Tú eres
actor. Nunca te acerques allí.
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