LA NORMA DEL 20%
Hay géneros que exigen un 20% de
ti para ser buenos.
Cómo nos gusta a todos decir: ¡es
que mi género favorito en está infravalorado! ¡Qué mal se trata a la comedia!
¿Por qué nadie le da oportunidades a la fantasía? ¡Mecachis!
Los géneros acotan propuestas,
enmarcan la ficción en una serie de recursos con los que (y ahí voy) CONECTAS O
NO.
El señor Blake Snyder (¡Salva al Gato! Editorial Alba) dice: cuantísimos novatos me han entregado un guión en las manos diciendo: “esto no es ningún género, es algo nuevo, es algo que jamás se ha visto.” Ya…
Queremos ser originales en
nuestra creación y tratamos de alejarnos de todo lo que hemos visto porque el
ingrediente que cala en nosotros cuando vemos un producto cultural es
precisamente la novedad de ese producto. Su aproximación, la visión personal
del artista. Pero no caemos en que hay que comprender a la perfección la base,
la regla y casi el dogma de un género para LUEGO explorarlo personalmente y
hacerlo nuevo. Despójate de novedades y artificios para encontrar qué hay
detrás. Luego ya los descubrirás. Empezar diciendo “quiero hacer algo distinto”
no es buena señal de un camino creativo fructífero.
Volviendo al tema, si crees que
tu género favorito está en general denostado, quizá es porque precisamente hay
géneros que exigen una inclinación personal para que ya sean un, pongamos, 20%
buenos. Esa es la norma del 20%.
Alguien que ha vivido entregado a
películas policíacas o dramas densos y sesudos de Goddard, quizá va a necesitar
valorar en un 60% de aprobación un producto medieval fantástico que, de
valorarlo tú en un 40%, ya le regalas un 20% sólo por tu conexión o inclinación
con el género. ¡Y al revés! ¿Se entiende? Valoras mucho mejor un producto mucho
peor, sólo porque el marco de ficción ya te tiene comprado.
Me doy cuenta que con la comedia
eso ocurre de una forma más acusada, posiblemente debido a que éste género,
como la violencia o el sexo, apela a reacciones primarias y por lo tanto muy
personales. Quizá por eso hay tanto subgénero de terror o tantas categorías de
porno. No es la misma persona alguien fanático de Marianico el Corto y sus
baterías de chistes regionales, o alguien que aprecia la sutileza del Ministry
of Silly Walks.
El arte no es un lavavajillas
puntuable como: funciona o no. Tú completas siempre la obra. Formas parte del
proceso creativo como consumidor cultural.