Sentimiento transformado vs cliché
Nuevamente estamos ante uno de
esos artículos reduccionistas que me gustan.
El señor Chejov en su libro Lecciones para el Actor Profesional, asegura
que no es compatible el trabajo de descubrir las emociones en el texto, y el
elegirlas. Esto es, sentimiento transformado o cliché.
Entendemos por sentimiento transformado esa sensación de descubrimiento a la que nos lleva la interpretación inspirada, ese devenir de reacciones que poco a poco desempolvan los sentimientos y los revisten de carácter escénico. De esta forma, el carro es tirado por los caballos de manera natural. Manda la situación, y luego aflora el sentimiento.
Entendemos por cliché esa
selección construida de reacciones orgánicas que elegimos para representar un
sentimiento. Ahí está el problema. Representamos, no interpretamos.
Bien, tesis expuesta. Vamos a la
impro.
Una vez más, las posibilidades de
la impro son las que son, y no digo que sean pocas o que limiten el flujo de
emociones. Casi al contrario, el devenir es absoluto, sin raíles de texto o
cambios de escena. Tal como decía Chejov, nos dimos cuenta un día que el actor
que se convierte al 100% en el personaje, no es actor, es un histérico. Ni es
sano, ni rema a favor del teatro. El actor tiene que ser capaz de mantener su
consciencia activa para darse cuenta de lo que ocurre alrededor. De la misma
forma, el improvisador debe darse cuenta de qué ocurre en la interpretación
para permitir aflorar la red dramatúrgica y darle unidad a la historia que se
cuenta.
Eso es una capa extra de
complejidad a la hora de permitir el paso de los sentimientos, de manera que
los clichés se vuelven una tentación. Ahí, escondidos en un cajón catalogado
con una brillante etiqueta: “carita triste”, “doctor maligno”, “drama”. Qué
fácil sería abrir el cajón y tirar de cliché…
Pero damas y caballeros, no hemos
elegido el camino fácil. Somos caballeros andantes por los caminos de las artes
escénicas, y elegimos para nosotros la senda más escarpada. Con lo cual
concluyo: si veis un improvisador sintiendo en escena, sintiendo en mayúsculas,
quitaos el sombrero, porque de su gran hazaña estáis viendo sólo la cima.
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