Técnica y metafísica
La teoría del péndulo en impro va desde la aplicación a
rajatabla de normas y juegos clásicos, sólidos e inamovibles, como:
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Eh, me has negado
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No puedes hacer un personaje borracho.
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Aquí ha faltado la R del PROL.
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El título exacto no ha salido en esta impro.
…hasta el desafío gratuito de los estándares de la impro
sólo por el placer de ser subversivo, original y auténtico, como:
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Recurrir al chiste inmediato.
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Narrativas inconexas y sobrecargadas de
propuesta.
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Desafiar a un compañero en favor de la sensación
de “interpretar” intensamente.
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Clásico momento de: ¡Corten! ¡Rodaje finalizado!
Para justificar la ficción.
Estos son los extremos que se acogen a la técnica. Pero no
todos empezamos en la impro desde el mundo de la técnica. Existe otro tipo de impro,
quizá más enfocada a entreno interpretativo o terapéutico, que tiene un solo
extremo mal entendido, que identifico con quotes como:
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Mira a los ojos a tu compañero y dime qué
siente.
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Fluye con la situación.
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Examina tus sentimientos y exprésame cómo te
sientes.
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Mira el público y muéstranos tu vulnerabilidad.
Cada uno de nosotros
se inclina más hacia uno de estos extremos, a menudo en oposición activa. Llamémosles
técnica y metafísica.
Los técnicos creen que los metafísicos son hippies del
teatro que usan la impro como psicólogo y van a llorar a sus clases. Los
metafísicos creen que los técnicos tienen bloqueos emocionales y recurren a la
ficción para alejarse de sí mismos. O yo qué sé.
Cada uno de nosotros se inclina más hacia un modo u otro,
aunque hayamos aprendido de ambos y nos sintamos equilibrados en este modo de
verlo, que seguro que sí. Pero con esto sólo quería concluir que el espacio que
hay entre técnica y metafísica lo completa el alumno. Por eso un buen profesor
permite el desarrollo hacia uno u otro lado, no impone su visión categórica
para defender una “verdad” de la impro. Porque esta no existe.