Vuelta a la expansión horizontal
Os quiero hablar de un momento epifanía que tuvo lugar en
una muestra del año pasado.
Alumnos con 1 solo curso de experiencia que se enfrentaban a
un formato long form que creé expresamente para representarse aquel día.
Llevábamos ya semanas practicando las impros a 4 o 5 en escena, todo genial.
Días mejores, días más duros. Pero comprendieron bien lo que se pedía en una
long form y estaban preparados para hacer algo muy digno.
Empieza la impro, estilo cine noir, inspectores, policías,
mafiosos, bares… Evidentemente, alumnos sin demasiada experiencia así que se
percibía una alerta extra, una rigidez que respondía a tener un público
presente. Nada grave, forma parte del proceso y siempre les digo que es
necesario pasar por eso para alcanzar el nivel óptimo de espontaneidad que la
impro requiere.
En un momento dado, se instaló un espacio tipo comisaría.
Previamente se había hablado de aquella comisaria, un lugar sucio y dejado con
un comisario descrito como “un gilipollas”.
Cambio de escena, vamos a esa comisaría. La propia indeterminación
de aquel espacio, pero al mismo tiempo la idea acertada del mismo, les permitió
desarrollar a continuación una expansión horizontal que, al no requerir un
empuje hacia arriba de trama, les dejó espacio para disfrutar un momento verdaderamente
hilarante en el que no pasó nada que tuviera que ver con trama, y fue genial.
El comisario lanzando botellas de wiski contra las paredes
sucias, policías que trataban de ayudar a su jefe siendo completos inútiles, todo
absolutamente decadente y desastroso. Exquisito. Entra el protagonista, el
inspector. Diálogo de expansión entre ellos dos, manteniendo el personaje y aparcando
por momentos la trama. Público descojonándose. Fue una expansión en horizontal
de manual.
Me refrescó ese concepto. A veces hace falta dejar la trama
a un lado, hace el simple ejercicio de recordar lo que se ha dicho, y disfrutar
de las tonterías que amplían la historia. Al final, si este artículo lo dedico
a algo, no es a la trama que se explicó, que ni siquiera recuerdo ya. Es a ese
momento especial en el que no pasaba nada, y pasaba de todo.
Expandid más vuestras impros en horizontal.