sábado, 20 de abril de 2019

Improboratorio I - Bienvenidos... AL IMPROBORATORIO (truenos)

*** 3am, Exterior noche. Llueve. Un coche se detiene ante la verja. Un hombre sale cargando una maleta.


- Bienvenido, señor Scoffermayer. Este es mi humilde laboratorio.

- Gracias por atenderme... Esto...

- Profesor Strauss. Llámeme Profesor Strauss. Espero que la lluvia de esta noche primaveral no le haya calado la maleta de viaje.

- Yo también lo espero, es una maleta nueva. Regalo de mi señora esposa Gwenedith.

- Espero que su esposa esté bien. ¿Se ha recuperado ya de su aflicción?

- Está en ello. Vaya, tiene usted un laboratorio impresionante, Profesor. ¿Para qué sirve este...?

- Procure no tocar eso si quiere seguir recordando quien es. Esto, querido señor Scoffermayer, es la palanca de imagen hipnagógica, imprescindible para empezar mis investigaciones. ¿Alguna vez, antes de una siesta a la luz del sol de media tarde, ha caído en una ensoñación en la que la mente se deja caer río abajo en el devenir de las ideas? Pues esta palanca activa estos mecanismos secretos. Pero sin control experimentado, no sirve de nada. Podría incluso resultar peligrosa. 

- Entiendo... Así que usted, Profesor Strauss, ¿qué investiga exactamente en este laboratorio?

- Oh, todo y nada, querido Scoffermayer. Investigo la investigación misma. Investigo las infinitas escaleras de caracol de la mente. De sus decisiones y sus horizontes imaginativos. De su delicado andar entre el reino del orden y el caos. ¿Ciencia? ¿Comunicación? ¿Arte? No lo sé, por eso estoy aquí. ¡Acompáñeme! 

Este es el recibidor del PROL, imbuido por supuestas sabidurías modernas que en cuestión de decenios han grabado a piedra sus normas. Deje sus zapatos en la cómoda de Personaje, péinese sus húmedos cabellos en el espejo de la Relación. Suba la escalinata del Objetivo y desde el rellano contemple el cuadro del Lugar. Se hará una idea de qué investigo en este Laboratorio, pero no se deje guiar demasiado por este recibidor reduccionista...

Una vez allí, podemos salir a la terraza de la Expansión, con unas vistas estupendas, o dar un paseo por el jardín del Avance, pero con cuidado de no perdernos. Hay zonas que reciben poco trato de mis jardineros y sólo los más valientes se atreven a caminar entre ellas, hay que saber escuchar bien los pasos.

Luego le recomiendo pasar al salón de Géneros, donde fumaremos un puro al son de un saxo noir o le mostraré mi colección de armas cuando suenen las trompetas de las almenas.

¿Ve esas torres tan altas? Las Triple Rol. La torre Actor, desde donde accedemos al tejado y arreglamos los desperfectos inmediatos. La torre Director, desde donde los arquitectos diseñan nuevas alas y estructuras del laboratorio. Y la torre Dramaturgo. Para coger buena señal. Aquí hay poca cobertura.

Pasemos al comedor, donde nos servirán un banquete de recursos con los que recuperarnos de esta visita y coger fuerzas para visitar incluso las catacumbas de la Negación. Muchos dicen que no hay que entrar, pero algo me dice que eligiendo el buen camino esa mazmorra puede resultar útil.

En fin, señor Scoffermayer. Esta es una primera aproximación a mi laboratorio, ubicado en el valle de las Artes Escénicas, bien comunicado con todas ellas y cerca de la carretera principal de la Interpretación. Yo le llamo el Improboratorio. Tenemos mucho que investigar usted y yo, esto no ha hecho nada más que empezar.

- Es fascinante, Profesor Strauss. Estoy deseando empezar. Voy a quitarme el sombrero. ¿Puedo dejarlo aquí?

- ¡¡Aqui no, la palanca de imagen hipnagógicaaaaa!!! ...¡Plátanos recubiertos de sésamo! Cuando los vaqueros acometieron trece revueltas, el conde de Miralmar III decidió contraatacar con perros. Muchos perros montados en arbustos triquiñuelos. ¡Cielos! Exclamó Vicente el caucásico. ¿Cuánto llevo dormido en la parra de la virtud eterna? Uh, muchos blancos. Le respondió una voz aglutinada. ¿Muchos blancos? ¿Mide usted el tiempo en colores? Azul, le contestó la voz. ¿Cómo ha sabido usted que la parra de la virtud resquebraja los blandengues? Me cae usted bien, ¿Cual es su nombre? Mi nombre es Frenético Vicente Caucásico III, historiador y Conde del pantano de fresa. Vive Dios que hoy descuento en Decathlon miramar mirigiri mi mi mmm nwbim coine0f2erger wiki plas sn048789 WOWWW minrin02...................





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