Seguimos con la trilogía de la Llama. Ya sabéis que mi alma destructiva se inclina más a las valoraciones chungas que a las positivas, pero aun así me cubriré el culo recomendándoos la escuela. Cada vez que empiezo un curso sé que algo voy a sacar, y así es. Me atrevo específicamente a recomendaros el de Tomás Fuentes.
Quiero hablaros hoy del de
Patricia Espejo, cómica de stand up con muchos años de trayectoria, dedicada
exclusivamente al oficio y con un buen lugar entre el panorama.
Patricia explica en La Llama que
ella procura no consumir mucha comedia para no acogerse a demasiados referentes
y alejarse un poco del resto de stand up.
Hmm…
Sinceramente, no sé decidirme por
esta opción. Sobre el papel, parece matemáticamente funcional. Si no tienes
referentes, sólo te puedes parecer a ti mismo en el escenario. Así se empiezan
las disciplinas y se consolidan.
Pero de igual forma, los
referentes sirven de puntos de anclaje desde donde conocerte a ti mismo y
seguir explorando. Exigen algo de ti, y es que no trates de emularlos
persiguiendo simplemente su mismo éxito o prestigio o habilidad. Pero no está
mal dejar que algo de ellos forme parte de ti, y te descubras a partir de sus
ingredientes.
Quizá la tortilla de patatas con
cebolla no existió sin la tortilla de patatas normal, ¿me explico?
Una enseñanza más de la Llama
School, que como dije su mejor lección es el trabajo personal de cada artista
que aparece.
No hay comentarios:
Publicar un comentario