La técnica gusano del stand up
Gusanos, lo más bajo del mundo
animal. Húmedos, viscosos, sin cerebro propiamente…
Empiezo fuerte, pero no va por ahí.
He procurado ver mucha comedia
stand up y one man show. Me parece una forma expresiva más, y quizá si algo
podemos decir es que ha sido denostada por un boom que engrosó el filtro
(especialmente en este país) allá por los ’00 y que colocó en un sitio
privilegiado a más de uno que quizá no merecía ni el banquillo. Está claro. No
digo nombres porque ni siquiera los tengo del todo en mente, pero lo siento así
echando un ojo al panorama general. Pero vamos, eso ha ocurrido en muchos
ámbitos: artes, iniciativas, y en definitiva, modas.
Sólo por hacer check, también he
visto grandiosos cómicos de stand up como Louis CK, George Carlin, Richard
Pryor o Berto Romero en ámbito nacional.
Hagamos zoom a sus recursos
escénicos. Seguro que tenéis en mente a alguno que en un momento dado, a medio
show o a veces incluso al principio, interactúa con el público tratando de
encontrar material donde picar piedra y darle una vuelta cómica a la vida,
anécdotas o situación de alguno de los asistentes. Quiero hablar de un recurso
muy específico del que jamás he oído hablar. El momento: “Ostia…”.
Ejemplo:
CÓMICO: ¿Cómo te llamas?
PÚBLICO: Edu.
CÓMICO: ¿Con quién has venido?
PÚBLICO: Con mi novia.
CÓMICO: ¿Cómo os conocisteis?
PÚBLICO: Bueno… Es una larga
historia.
CÓMICO: Ostia…
Ahí está. Es difícil explicarlo en
palabras porque depende de decenas de micro reacciones que un buen cómico de
stand up debería dominar, pero resumo ese “ostia” como: Madre mía, he ido a
hablar con una persona peculiar que va a ponerme este show difícil, menuda gente
me viene a ver, vaya personaje. Ahora bajo la mirada negando con la cabeza y sonriendo
derrotadamente sin alejarme el micro de la boca.
Ese sería el subtexto e
interpretación del “ostia”.
Pero amigos, oíd atentamente. Eso…
no tiene nada de verdad. Está hueco. Es falso. Prefabricado. Es un arma que
trata de TONTO el público e instrumentaliza la comedia. Es pura mierda
escénica. Pienso barato. No significa nada, no nace de ninguna reacción real.
En vez de responder: “Vale,
cuéntame resumidamente esa larga historia y de ahí sacaré algo con mi destreza
escénica y mi capacidad de storytelling inmediata y entrenada ya que estáis
pagando 20€ por asistir a mi show”, el cómico superficial suele optar por ese
“ostia”, una reacción vacía que pastorea al público y le obliga a reírse de
algo que simplemente no ha sucedido. Es plástico total. Es rastrero, carente de
ingenio, estúpido, viscoso y falto de cerebro. Es una técnica gusano.
No tratéis al público de tonto.
Que se rían no significa que sea un buen show. Harto ya de ver estas técnicas
vacías que han establecido el dogma del espectáculo fácil que llena teatros,
aprovechando la caída libre de la mentalidad “vamos a reírnos echen lo que nos
echen porque para eso hemos pagado”, el efecto buffet libre basura del sector
cultural, la falta absoluta de personalidad, evolución, reflexión y lenguaje
teatral.
No hay comentarios:
Publicar un comentario