Es un verdadero crimen que a estas alturas no haya dedicado un solo artículo a la inclusión de técnica en los espectáculos. Trataré de no quemar todos los cartuchos porque realmente hay material de dónde sacar experiencias y análisis. Pero empezaré por lo primero que me viene a la cabeza en cuanto a intercambios de opiniones sucedidos en las compañías sobre el papel real que juegan luz y sonido en la impro.
De entrada, en mi carrera
personal, el sonido gana por goleada.
La música no sólo mulle (¿está bien dicho? Me encanta
cómo encaja por significado, espero que esté bien dicho) la escena, sino que la
potencia, la catapulta, e incluso puede tener peso cómico por sí sola. Puede
proponer saltos de espacio y de tiempo, puede marcar finales o inicios y puede
transformar todo lo que se dice en la impro.
Por eso procuramos llevar nuestro
técnico entrenado y preparado cuando vamos a actuaciones. Es sin duda un
improvisador más, como el músico en un rincón de la boda tocando el contrabajo,
cobrando por simplemente estar allí, sin necesidad de atención pero ofreciendo
al inconsciente del público una capa extra de glamour y elegancia al evento. Si
está correcto, nadie dice nada. Eso sí, si toca mal, todos lo comentaran.
Reconozco que a menudo envidio a
los músicos y técnicos, que no tienen que esforzarse en captar la atención y en
el peor de los casos, pueden limitarse a tocar de fondo y cobrar al final de
show. En un espectáculo o te ganas el público borracho o fracasas.
La luz, por el contrario (aquí
hay debate) nunca ha casado del todo en las impros. Cierto es que no hemos
tenido muchas posibilidades de explorarla como quizá se merece, pero esto en sí
ya significa algo. El sonido es imprescindible y ofrece posibilidades que
derivan de la propia necesidad de montaje. La luz no siempre es imprescindible.
¿Para qué vas a montar 2 trípodes y tirar todo el cableado a una mesa de FX un
domingo a las 16h en la plaza mayor?
Pero de todas formas, los ambientes que ofrece la luz son muy limitados si lo comparamos con la exigencia de montaje, y sus opciones visuales son muy limitadas a no ser que incluyas en el presupuesto de una actuación +5000€ de montaje de leds regulables, pantallas, pars, cañón, panel led, retroproyector, strobos, contras y calles.
Y aún con todo eso, necesitarías
un técnico tremendamente hábil y entrenado en el carácter de compañía para que
aportara algo medido y coherente al show.
Creo que la iluminación es como
un buen speaker. Sí, da prestigio, pero su sueldo no sale a cuenta si puede
presentar uno de los mismos improvisadores de la compañía. El sonido es un
improvisador más.
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