Richard Pryor en Explicado Pierde
Estuve echándole una escuchada al podcast “Explicado pierde,
de varios de los responsables de La Llama, librería de humor de Barcelona. Interesante
planteamiento para los estudiosos del humor, con varios episodios dedicados a
cuestiones específicas del mundo de la comedia.
Os dejo aquí el enlace de ivox: https://www.ivoox.com/podcast-explicado-pierde_sq_f11554885_1.html
Quiero hoy dedicarle el artículo al primero de los episodios
del podcast, en el que tratan sobre Richard Pryor, uno de los pilares del stand
up, gran referente en general bien conservado incluso por los iconoclastas
(aunque hay una preocupante carencia de esos en el stand up, o almenos de
iconoclastas con criterio).
En un momento dado del podcast, mencionan que el gran
Richard Pryor, en uno de sus shows estrella a la vuelta de un episodio vital
complicado, presentaba un fragmento de monólogo en el que hablaba sobre un infarto
que sufrió. Pryor interpreta las voces de sus partes del cuerpo comunicándose
con él mientras está teniendo el infarto. Una forma sana y valiente de exponer
ese tema ante público, pero ese es otro tema.
Me centro en la FASCINACIÓN con la que los conductores del podcast
viven esa idea de Pryor. “Dios mío, qué gran idea. Es increíble como hace otros
personajes. Qué genial como usa el cuerpo para contar ese momento. Estamos en
éxtasis.” Éstas no son quotes auténticas del podcast, pero para que me
entendáis.
Queridos compañeros de artes escénicas… Os habéis regodeado
tantísimo en el stand up de club de la comedia, del que se acoge a la técnica,
al ritmo, a la estructura, a las normas del maldito chiste… Que os habéis olvidado
que estáis HACIENDO TEATRO. Sí, señores. Richard Pryor es un intérprete y hace
teatro. Claro que lo hace. Porque explica cosas en un escenario ante un
público. Claro que hace personajes, claro que usa el cuerpo. La fascinación
debería ser inversa, deberíamos fascinarnos al ver cómo el stand up actual está
abandonando el teatro en un país que ha vivido el maravilloso Siglo de Oro, que
ha tenido a Cervantes y a Lope de Vega. Levantad la vista de vuestras libretas
de chistes y pisad más a menudo un teatro, porque hacer stand up es representar
una obra de una sola persona, coño. Olvidaos un poco del chiste y usad el
cuerpo, cread personajes, contadnos lo que tenéis de verdad dentro y qué medios
usáis para hacerlo. Los chistes son sólo adornos.
En fin, no pude evitar sentir algo de vergüenza por
compartir (aunque sea de refilón) medio artístico con estas ratas de biblioteca
cómica. La endogamia ha llegado oficialmente al stand up y ha creado sus nuevas
propias bases, tan alejadas de lo que significa saber estar en escena, que se fascinan
cuando ven que alguien sabe estar en escena haciendo stand up comedy.
Para terminar enlazándolo a la impro, que es lo que nos
ocupa, sólo decir que tenemos la suerte de que trabajamos un método que nos exige
saber estar en un escenario, saber comunicarle al público, crear personajes,
usar la imaginación y el cuerpo para contar, dejarte modificar por el
compañero, hacer brillar a los demás y no sólo a uno mismo, saber escuchar,
reaccionar, inventar y sorprenderte a cada show.
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