viernes, 15 de marzo de 2024

¿Pies o torsión?

 

 ¿Pies o torsión?

 

Esta será nuevamente una reflexión más que manida en este blog, pero no deja de asombrarme la multitud de aproximaciones que puede tener este proceso mental / improvisador.

Suelo encontrarme en clase con alumnos que, si hablamos de texto, necesitan la réplica anterior clara, meridiana, precisa y al dedillo. Si no reciben el pie exacto, descarrilan y pierden el hilo. Y luego me encuentro alumnos que se permiten distanciarse del texto (les prohíbo hacerlo del sentido) y cambian palabras, torsionan el texto, naturalizan expresiones y están presentes. Supongo que ya con esta pequeña explicación se intuye con cuales resueno más.

He hecho un esfuerzo por entender el mérito que hay en un trabajo preciso y rígido, sobretodo cuando son capaces de darle sentido, intención y presente a las palabras exactas del dramaturgo. Pero coño, a la hora de la verdad, son los actores los que “dirigen” la escena. El director no está en platea para detener y corregir. Y como actor, estás sometido a la verdad absoluta de lo que ocurre. Si hoy añades una palabra porque el momento presente te lleva, ¡hazlo!

O quizá es que pienso así porque aun no he dirigido nunca verso.



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