El acento del Pacífico y doblaje
Por primera vez en este curso pasado,
me encontré con una alumna que sacó a relucir uno de esos temas comunes en la
impro pero que nadie comenta. Almenos en la impro que me queda más cerca,
recordemos, panorama barcelonés.
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¿Por
qué habláis así de esta forma? ¿Cómo lo haceis? Como si fuera de película, ¿sabes?
Es cierto que hay una tendencia no
escrita ni ensayada a hablar en la impro como si fuéramos actores de doblaje. Y
remarco que hablo solamente de la impro más cercana o almenos con la que yo
resueno más.
Y en mi opinión, es una cuestión
parecida al “acento del pacífico”. El acento de pacífico, en el cine de la era
dorada Hollywoodiense, fue una tendencia general que asumieron los intérpretes
de hablar entonando las palabras de una forma peculiar que les permitía
vocalizar correctamente. Recordemos que para ellos no existe el doblaje, por lo
tanto el público escucha tal cual la habilidad vocal del actor.
Eso crea un código que, con el tiempo,
se rompe y evoluciona hacia nuevas formas, pero especialmente el acento del pacífico
ha pasado a la historia como un claro ejemplo de ello. Al doblaje español le
sucede lo mismo. Escuchamos estas entonaciones dobladas porque, aunque en
ocasiones nos pongan nerviosos y pensemos “¡nadie habla así!” nos ubica en una
zona de confort que nos gusta escuchar.
Para mí, hablar como un actor de
doblaje en una impro es lo mismo que poner nombres a los personajes: te sitúa fuera
de ti. Es un trampolín hacia la ficción. No tenemos escenografía ni guion, usamos
todas las armas que tenemos a nuestro alcance para transmitir esa lejanía
escénica fusionada con la cercanía de la espontaneidad. Por lo tanto, cuanto
más alejes de ti esa ficción, más sentido tiene ser espontáneo.
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